John Rampton de Open to Hope habla con Ana Bendana acerca del tema de la muerte. La muerte en Latinoamérica, como en cualquier otra región, es parte de lo que pasa todos los días. Aunque en Latinoamérica puede que se vea un poco más debido a la pobreza que existe en estos países y las enfermedades que esta pobreza atrae. Sin embargo, va más allá de la pobreza ya que Bendana también cita los desastres naturales y los desastres provocados por el hombre, los cuales también nos exponen a la muerte.
Bendana nota que “hay un poco mas de resiliencia, fuerza, de parte de los latinos por ese convivir diario con la muerte.” John indaga acerca de la diferencia en el duelo, a lo cual Bendana responde que en Estados Unidos el duelo es un poco más seco, mientras que en Latinoamérica se celebra y conmemora más la muerte de los seres queridos. Esto puede ser porque la mayoría de los latinoamericanos creen en la vida después de la muerte y tienen fe en Dios. También existe la idea de que en un futuro estaremos de vuelta con nuestros seres queridos.
Después de la muerte
Bendana cuenta que hay tres eventos grandes después de una muerte: la vela, el funeral y la procesión. En la vela, se reúne la gente para honrar al ser querido, se comparten historias y se brinda apoyo a los que están con dolor. El funeral, que se lleva a cabo en una iglesia, nos hace recordar el contrato que se hace con Dios para pasar a la vida eterna. La procesión es donde se lleva el cuerpo al lugar donde será enterrado el muerto, ya que la mayoría de la gente opta por un entierro porque la cremación no es tan popular.
Una diferencia bastante importante es que en Latinoamérica nunca estás “sin familia.” Bendana dice, “el latinoamericano es muy caluroso, muy de bienvenida. Si saben que estás solo, te va a adoptar todo el vecindario.” Esto hace que sea muy difícil tener que pasar por el duelo de forma solitaria.